SAPRI/LAURA MOYÀ
Nadie duda de que «Ossifar» fue y sigue siendo el grupo más
irreverente que ha producido la escena musical mallorquina. Sus
letras escatológicas, su utilización del humor payés para criticar
cualquier cosa que les llamara la atención o sus directos repletos
de payasadas les han otorgado ese honor. Un honor que empezó en
cassettes piratas que circularon cuando «Ossifar» ni siquiera tenía
nombre y que se mantuvo hasta su retirada en 1998.
Empezaron cantando «Cansiones d'amor con los calsones baixos». Después, afirmaron sin pudor que «En Gori Cúper té Morenes» y descubrieron el prototipo del héroe balear en su «Indiana Pons en busca de la porcella rustida». En «Da-li cebes!» continuaron aumentando su galería de mallorquines y, en «A pixar i a lleure», se despidieron. Aún les dio tiempo a grabar un disco en directo y un recopilatorio, «Debestof».
Biel Mesquida era el alma musical del grupo, un grupo que rompió todos los esquemas de la época, batiendo récords de ventas con sus álbumes, desplazando a artistas como Bruce Springsteen o Michael Jackson, y llenando la plaza de toros de Palma. Tras la separación del grupo, Mesquida continuó ligado a la música produciendo a otros grupos.
La muerte de Mesquida ha traído a la memoria de muchos otra tragedia sucedida 35 años atrás en la misma carretera de Valldemossa. En aquella ocasión, la víctima fue Lo Rey, esposa del teclista de Los Bravos, Manolo Fernández. El matrimonio, que se había casado tres meses antes, había viajado a Mallorca para asistir a la boda de su compañero Miquel Vicens y Norma Perryman.