El tribunal de la Sección Primera de la Audiencia de Palma juzgó ayer a un hombre, Antonio G.G., acusado de violar a sus dos hijas, cuando las pequeñas tenían sólo tres y cuatro años de edad, respectivamente. El acusado mantuvo su inocencia. Se da la circunstancia que un familiar de la madre de las niñas ya fue condenado a prisión por una agresión sexual a las niñas.
La Fiscalía reclama para el acusado nueve años y seis meses de prisión. Los hechos que mantiene la acusación los denunció, inicialmente, un familiar de la madre. Esta mujer, que se encargaba del cuidado de las menores, tuvo conocimiento por una vecina que había visto a la niña más mayor realizando una práctica sexual con un niño de su edad, con el que iba a clase. Esta testigo también informó de lo que había visto a la madre del niño, que a su vez se lo comunicó a la dirección del colegio. A partir de ese momento intervinieron los servicios sociales, que se interesaron por las dos hermanas.
Las niñas fueron sometidas a un completo examen psicológico y todos los expertos llegaron a la conclusión de que tenían conocimientos de aspectos sexuales que no suelen ser normal en personas de tan corta edad. Por ello, los psicólogos sostienen que es imposible que las niñas se inventen que han sido víctimas de abusos sexuales si no han vivido una experiencia de este tipo. La niña mayor declaró en su momento que su padre la obligaba a que le realizara una felación y que también tocara las partes íntimas de su hermana pequeña. La menor declaró que no había contado nada antes porque «papá iba a matar a mamá».