Clemente Rodríguez Cabezas tenía muy claro que no iba a separarse de Cecilia Guerrero Martínez, su mujer desde hacía ocho años. A las 5.45 horas, aproximadamente, tomó la decisión más drástica y entró en el cuarto de su esposa, en Son Servera. La camarera, madre de un hijo, dormía en su habitación y Clemente, conmocionado por la idea de que la separación era ya un hecho, supuestamente la asfixió hasta la muerte con una almohada.
El hijo de ambos, de cinco años, estaba en la casa, aunque parece que no se enteró de nada. Clemente contó entonces a su padre lo ocurrido y el hombre, tremendamente impactado, lo convenció para que se entregara en la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Manacor. Ante los agentes no pronunció palabra y luego las diligencias fueron traspasadas a la Policía Judicial de la Guardia Civil de Manacor, que se hizo cargo del presunto asesino, que tiene 30 años. La víctima, de la misma edad, trabajaba en un hotel de Cala Millor, que está situado a pocos kilómetros de su casa y había sido quién había decidido romper la relación, según explicaron sus allegados. La pareja, sin embargo, nunca había protagonizado un incidente en público y sus vecinos no salían ayer de su asombro. Muy pocos, además, sabían que se encontraban en trámites de separación. La noticia del crimen sobresaltó de tal manera a la localidad de Son Servera que durante todo el día sólo hubo un tema de conversación y una certeza: nadie podía imaginar un final tan doloroso para el matrimonio Rodríguez-Guerrero.