EFE-LOS ÀNGELES
Miles de residentes de suburbios al sudeste de Los Angeles han
huido de sus casas mientras los bomberos continúan bregando con los
incendios forestales que ya destruyeron por lo menos 200 de ellas.
Las autoridades indicaron ayer que las llamas amenazan por lo menos
otras mil casas, y los fuegos forzaron la evacuación de un casino
en una reserva indígena, los edificios de la universidad estatal,
una residencia para personas mayores y un hospital para enfermos
mentales.
Los diversos incendios que continúan fuera de control en el sur de California hicieron que el gobernador Gray Davis declarara el estado de emergencia en los condados Ventura y San Bernardino.
Uno de los incendios más activos comenzó el sábado por la mañana a unos 80 kilómetros al este del centro de Los Angeles y se propagó, con el empuje de fuertes vientos, sobre unas 4.000 hectáreas de arboledas bajas en un frente de 20 kilómetros. Otro incendio había destruido el sábado, por lo menos 10 casas y había forzado el cierre de autopistas. Un tercer gran incendio en el condado San Bernardino continuaba ayer devorando la forestación en el área de Rancho Cucamonga, donde ya hay 8.800 kilómetros cuadrados de tierras quemadas.