EFE-LÚXOR
Buceadores de la policía egipcia hallaron ayer el cadáver de una
persona «con aspecto occidental» bajo el casco del barco de recreo
«Kempinsky», incendiado cuando navegaba por el río Nilo. «El cuerpo
está vestido con ropa estilo occidental pero no se ha encontrado
ningún tipo de documentación. Ha sido trasladado al mortuorio de
Esna a la espera de que pueda ser identificado», dijo el coronel
Hafez Huseini, subjefe de la Policía Turística de Lúxor. Un turista
español es la única persona que está desaparecida de los 140
pasajeros que surcaban el Nilo en el buque de recreo «Kempinsky»,
incendiado cuando transitaba cerca de la localidad de Esna, a unos
650 kilómetros al sur de El Cairo. La embajada de España confirmó
que ya se ha solicitado a la Policía egipcia una muestra de las
huellas dactilares del ciudadano español de quien no se tiene
noticias desde que saltara al agua para escapar de las llamas.
Según el coronel Hafez, el cuerpo presenta algunas quemaduras y
está «algo desfigurado» por la corrosión del agua, donde ha
permanecido sumergido durante más de 36 horas.
«El cuerpo completo se encontró entre el lodo, muy cerca del centro del casco del barco», detalló el capitán Mohamed Halal, jefe de los equipos de buceadores que desde la mañana del jueves rastreaban los alrededores del Kempinsky después de que se informara de que uno de los pasajeros españoles no aparecía.
Según relató el único herido grave del accidente, Javier Blanco, él y su compañero de camarote saltaron «a la desesperada» desde el tercer piso del crucero, por la parte de popa, muy cerca de donde se encontraba la hélice.
«Yo pude salir a la orilla gracias a unas personas que pasaban en un salvavidas, pero no sé que pasó con mi amigo», declaró Blanco, quien anoche fue repatriado en un avión medicalizado enviado por la compañía de seguros.