El presidente de la comunidad israelita de Balears, Ronaldo Salomón, y un colaborador de la sinagoga de Palma, Benjamín Osovsky, fueron juzgados ayer por una pelea que ambos mantuvieron durante una celebración religiosa. Los hechos ocurrieron en la sinagoga de Palma, situada en la calle Monseñor Palmer, el día 28 de diciembre de 2001. Ambos se sentaron en el banquillo por las denuncias cruzadas que presentaron en su día.
El fiscal no imputa cargos a ninguno de ellos. Sin embargo, el colaborador del templo acusa a Ronaldo Salomón de un delito de lesiones y le reclama tres años de prisión. En cambio, el colaborador está acusado de un delito contra los sentimientos religiosos y se le pide un año de cárcel y una indemnización de doce mil euros.
Según se demostró en el juicio, Benjamín Osovsky interrumpió la ceremonia religiosa que estaba oficiando el presidente de la comunidad, que explicó a la juez que él no es rabino, sino sólo un orador. Osovsky señaló ayer en el juicio que es cierto que interrumpió la charla que estaba pronunciando el orador, y dijo que le acusó de ser el responsable de la ruptura que estaba sufriendo la comunidad israelita. Sin embargo, negó que le hubiera insultado.
El incidente tuvo un segundo capítulo y fue en la ceremonia en la que los intervinientes en el acto religioso toman el vino. Mientras que el colaborador de la sinagoga afirma que el otro acusado le empujó contra un candelabro, el presidente de la comunidad mantiene que Osovsky estaba muy nervioso y tropezó con un escalón cuando abandonaba el edificio.