Lo peor aún está por llegar y lo más probable, según el Instituto Nacional de Meteorología (INM), es que sea mañana. No obstante, para abrir boca, el cielo regaló a las Pitiüses miles de rayos, truenos y litros de agua a mansalva durante la noche del martes y el mediodía de ayer. La zona más afectada fue la capital, aunque no se produjeron accidentes de tráfico ni tampoco grandes daños materiales y media hora después de que dejara de llover, lo cual ocurrió a las tres de la tarde, las calles ya estaban libres de agua. Como siempre, quedó el hedor, que perdura mucho más.
En apenas hora y media cayeron sobre el medidor del aeropuerto 74 litros de lluvia por metro cuadrado. La borrasca cubrió todo el territorio pitiuso y llegó a castigar hasta con 280 rayos en sólo diez minutos.
Pero el récord de Balears se registró durante la noche del martes al miércoles en Santa Eulària: 82 litros, a pesar de lo cual no se registraron grandes inundaciones. Las zonas más castigadas fueron es Viver, ses Figueretes y Platja d'en Bossa. Los bomberos también tuvieron trabajo, aunque menos, en es Pratet y en la zona del Puerto y, por supuesto, también en el ensanche.
En la calle Isidoro Macabich de Eivissa un árbol cayó sobre un coche y de una cornisa se desprendieron varias baldosas. En los juzgados hubo problemas informáticos debido a las inundaciones que se registraron en la sede de Palma y por lo demás, en el resto de la isla, no hubo problemas, pese a los 79 litros de Sant Joan, los 72 de Sant Antoni.