EFE-GETAFE
Varios centenares de personas asistieron ayer en Getafe al entierro
de Sandra Palo, la joven disminuida psíquica de 22 años que el
pasado 17 de mayo fue violada, atropellada repetidamente y quemada
viva por un grupo de jóvenes en Leganés, y durante el cual se
vivieron escenas de mucho dolor e indignación entre sus padres,
familiares y amigos.
El cortejo fúnebre llegó sobre las 12.10 horas al cementerio Nuestra Señora de la Soledad de Getafe, donde la madre de la joven, María del Mar Bermúdez, y otros familiares, tuvieron que ser atendidos por sanitarios de Cruz Roja tras sufrir ataques de nervios y desvanecimientos. Uno de los momentos de mayor tensión se produjo cuando el defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Pedro Núñez Morgades, fue increpado por algunos de los presentes que le reclamaban un endurecimiento de la Ley del Menor, ya que tres de los cuatro detenidos son menores.
«Vosotros tenéis más poder que nosotros», le decían a Morgades, al que aseguraron que «si esto no cambia dentro de un mes, saldremos a la calle a por ellos, porque usted no sabe lo que cuesta un hijo». El cadáver de Sandra ha estado 71 días en el Instituto Anatómico Forense y se le han practicado dos autopsias y pruebas de ADN.