AGENCIAS MADRID
El ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, aseguró ayer que
no dimitirá del cargo como consecuencia del accidente que costó la
vida a 62 militares españoles, al considerar que su obligación es
«aclarar todo lo ocurrido» entorno al siniestro. Si dimitir
«pudiera devolver la vida a cualquiera de los 62, no tenga la menor
duda de que lo hubiera hecho ya rotundamente», y añadió: «Mi
obligación es aclarar todo lo ocurrido, investigar todas las
responsabilidades y asumir sus consecuencias cuando la
investigación haya concluido».
Aznar y Trillo aseguraron ayer comprender el dolor de los familiares que les increparon el miércoles durante el funeral. Estas manifestaciones se efectúan en mitad de la polémica sobre el estado de los aviones que utiliza el Ejército español para el traslado de militares en misiones humanitarias. Familiares de los militares fallecidos han remitido cartas a una diputada del PSOE, a la que piden que «haga algo» para solucionar el problema. Con respecto a las criticas durante el funeral, Aznar dijo ayer que el miércoles vivió una de sus jornadas más tristes como presidente del Gobierno.
Trillo dijo que por mucho dolor y mucha impotencia que uno pueda sentir, tiene que entender mínimamente que el familiar tiene mucho más dolor y mucha más incapacidad de serenidad en ese momento. «Mi obligación no era sólo respetarlos, sino comprenderlos». La problemática de los aviones utilizados para el traslado de militares españoles en misiones de paz, ha motivado que los pilotos de Iberia y Spanair pertenecientes al sindicato SEPLA, hayan comunicado al Ministerio de Defensa que brindan sus días libres para llevar gratuitamente aviones que transporten tropas del ejército español que prestan servicios humanitarios en diferentes países.