Los militares españoles fallecidos en el accidente aéreo ocurrido ayer en las cercanías de la base turca de Trebisonda (Trabzon), en Turquía, pertenecían a quince unidades distintas de las Fuerzas Armadas, según informa el Ministerio de Defensa en un comunicado. Entre los militares fallecidos, que regresaban a España tras cumplir su misión en los destacamentos de Manas (Kirguizistán) y Kabul (Afganistán), hay 40 efectivos del Ejército de Tierra, 21 del Ejército del Aire y un miembro de la Guardia Civil.
El personal del Ejército de Tierra estaba destinado en doce unidades distintas con base en Burgos, Valencia y Madrid.
Según Defensa, del Ejército de Tierra han fallecido un teniente coronel (Jefe del Contingente), cuatro comandantes, seis capitanes, cuatro tenientes, un subteniente, siete brigadas, siete sargentos primeros, seis sargentos, tres cabos primeros y un cabo.
Al Ala 31 del Ejército del Aire, con base en Zaragoza, pertenecían un alférez, un subteniente, tres sargentos primeros, tres cabos primeros, un cabo y tres soldados, todos ellos del Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA).
El comunicado añade que entre los fallecidos se encuentra un comandante de la Guardia Civil que prestaba sus servicios en la Fuerza Internacional de Asistencia y Seguridad en Afganistán. El comandante García Gimeno tenía 36 años y estaba destinado en la Comandancia de Huelva. Estaba casado y con un hijo, llevaba cuatro meses en Kabul, la capital de Afganistán, realizando labores humanitarias junto con los militares de los Ejércitos de Tierra y Aire que volvían con él a España.
El teniente coronel José Ramón Solar Ferro, también fallecido en el accidente aéreo de Turquía, estaba «entusiasmado» con su misión en Afganistán porque era la primera vez que se encontraba al mando de todo el contingente español en una actuación internacional. Así lo indicó en Burgos el teniente coronel responsable de la oficina de información en Afganistán hasta enero pasado, quien pidió que no se desvelara su identidad. «Conocía a Solar hace años y era un buen compañero, una buena persona y un buen profesional con el que compartí diez días de convivencia cuando se produjo el relevo de los efectivos entre los que me encontraba por el contingente mandado por él», indicó el teniente coronel.