El fuego fue detectado por la propietaria del inmueble poco después de las tres y media de la tarde. Un apagón acababa de dejar sin luz el primer piso del número 33 de la calle Francisco Manuel de Herreros y la dueña, de unos 60 años, intentó arreglar la avería.
A continuación detectó un fuerte olor a humo y cuando entró en una de las habitaciones comprobó que estaba envuelta en llamas, por lo que ya no pudo hacer nada para controlar la situación y pidió ayuda.
En los minutos siguientes se dirigieron a Pere Garau varias dotaciones del Cuerpo Nacional de Policía, Policía Local, Bomberos de Palma y ambulancias del 061, y curiosamente prestó ayuda un camión cisterna de Emaya que circulaba por el lugar y que sirvió de abastecimiento. Los agentes de policía también subieron al primer piso y descargaron sus extintores sobre las llamas, que ya se habían extendido. El humo provocó la alarma en el vecindario y, sobre todo, entre los residentes de aquel edificio, que bajaron voluntariamente a la calle, alguno de ellos muy asustado.
Las tareas de extinción duraron unos 45 minutos y fueron seguidas con curiosidad desde la calle por decenas de personas. Los equipos sanitarios atendieron a la dueña del piso, a la que ayudaron a llegar hasta la ambulancia porque se encontraba mareada, y a una pareja que había inhalado humo y presentaba síntomas leves de intoxicación. Sin embargo, no fue necesario que ninguno de los afectados quedara ingresado en un centro hospitalario.