Inmaculada Bernal tiene 24 años y reside en el tercer piso, bloque dos, de los apartamentos s'Olivera, en Magaluf. Poco antes de las once y media de la mañana de ayer la joven había salido a efectuar unas compras, y al regresar a casa se encontró la vivienda en llamas. Inmaculada convive con un joven, que no estaba en el piso, pero sí sus dos perros. Entonces, sin dudarlo, se dirigió hacia la vivienda pretendiendo entrar, pero se desmayó, quizás debido a la inhalación de humo. A la hora indicada se dio la voz de alarma y a través de 112 se movilizó a diversos operativos. Varias patrullas de la Policía Local acudieron y, al comprobar la gravedad requirieron la presencia inmediata de los bomberos del CIM del parque de Santa Ponça, acudiendo también al lugar guardias civiles de Palmanova y ambulancias.
Los policías comenzaron a apagar el fuego con extintores y organizaron el desalojo del edificio, que afectó a 20 vecinos que en aquellos momentos estaban en sus casas. Algunos de ellos sufrieron crisis nerviosas o leves intoxicaciones por la inhalación de humo, por lo que fueron atendidos por el personal médico de las ambulancias. Los bomberos trabajaron en la extinción de las llamas y el fuego se dio por controlado y extinguido en una hora. A partir de la inspección ocular, y sin que el dato se pueda dar como definitivo de forma oficial, todo apunta a que el fuego se inició en el dormitorio del piso. Después las llamas se extendieron con rapidez hacia otras habitaciones, quedando muy dañada la vivienda. Con respecto a las causas que dieron origen al fuego, ayer tarde no se había dado todavía una respuesta oficial y se está pendiente de las investigaciones que se llevan a cabo al respecto.
Por parte del Ajuntament de Calvià se informó de que un técnico se desplazó al lugar del incendio para analizar los daños en el piso y los posibles que se puedan haber producido en el edificio. Horas después del incendio, los vecinos que tuvieron que ser atendidos se encontraban todos en buen estado. Mientras, el padre de Inmaculada Bernal, que trabaja en el edificio, se mostraba apesadumbrado por lo ocurrido, pero al mismo tiempo dijo que 'pudo haber sido mucho peor'.