El Tribunal de Guayaquil ha condenado a dos y ocho años de cárcel respectivamente a los dos mallorquines que fueron detenidos en Ecuador con un alijo de cocaína y que llevan en prisión desde el 19 de diciembre de 2001.
María Antonia Rodríguez y su novio Manolo, ella de Son Gotleu y él de Es Rafal, estaban acusados de asociación ilícita y de un delito de narcotráfico y recientemente un juez de aquella ciudad ecuatoriana consideró que eran culpables y concretó las penas: dos años para la joven y ocho para el varón. El motivo de que María Antonia deba permanecer menos tiempo en prisión es que el Tribunal ha tenido en cuenta el atenuante de desequilibrio mental esgrimido por su abogado defensor, mientras que en el caso de Manolo se ha comprobado que se encontraba en perfecto estado psicológico y por eso no se ha recortado la pena.
La sentencia emitida por el juez de Guayaquil ya ha sido recurrida y ahora el objetivo de la defensa de María Antonia y de la Asociación de Ayuda a Presos Españoles en el Extranjero (APEX) es que la joven mallorquina sea trasladada a un psiquiátrico, donde podrá recibir tratamiento adecuado. La procesada lleva catorce meses entre rejas y quizás en verano obtenga la libertad. El caso de Manolo es más complicado, ya que su pena es muy superior, y es previsible que su estancia en el penal de Guayaquil sea más larga.
La pareja se reúne cada jueves en unas dependencias vigiladas de la prisión y hace algunos días Joaquín Bravo, responsable de APEX en Madrid, se trasladó hasta Ecuador para visitarlos. Las familias de Manolo y de María Antonia se han volcado con ellos y mediante algunas maniobras legales, y sobre todo desembolsando cantidades de dinero importantes, han conseguido que la situación de ambos no sea tan desesperada. De esta forma, pueden consumir alimentos en buen estado y beber agua embotellada, además de permanecer en celdas individuales, todo un lujo en un penal como el de Guayaquil. En cualquier caso, no se han librado de situaciones límite.