EKREM AYKUT-DIYARBAKIR
Las autoridades turcas comenzaron ayer a investigar las
circunstancias en las que un avión de pasajeros de Turkish Airlines
se estrelló, muriendo 75 personas. Cinco pasajeros rescatados vivos
permanecían en un hospital. Ayer de madrugada los médicos
diagnosticaron muerte cerebral a un niño de dos años que había sido
trasladado a un hospital. «Hemos identificado a 39 de los muertos y
estamos trabajando para identificar a los otros», dijo el ministro
de Transporte, Binali Yildirim, agregando que 26 cadáveres ya
habían sido entregados a sus familiares.
El primer ministro Abdullah Gul descartó la posibilidad de un ataque «terrorista» y dijo que la tragedia se debió a una densa neblina. Gul, quien expresó «profundo pesar» por lo ocurrido, tenía previsto inspeccionar la escena del desastre ayer, pero su vuelo fue desviado a la cercana Mardin debido a la neblina. El avión de Turkish Airlines, que cubría la ruta de Estambul a Diyarbakir, se estrelló en campo abierto cuando se acercaba al aeropuerto. La intensidad del incendio dificultó las labores de rescate. El aeropuerto no dispone de un sistema apropiado para ayudar a los aviones a aterrizar con poca visibilidad.