Santa Maria fue el escenario del brutal crimen de Maria Antònia Colom Vich, según se desprende de los últimos avances de la investigación judicial. El asesino, presumiblemente su «amigo» Patricio Arturo, la degolló en el interior del coche Smart que había comprado la funcionaria en el mes de agosto y luego trasladó el cadáver hasta Inca, donde le prendió fuego en la cuneta. El último 'acto' del dramático guión fue quemar el vehículo, que estaba completamente ensangrentado.
Los investigadores creen que el crimen se cometió en la noche del día 5, cuando Maria Antònia y su verdugo se trasladaron hasta Santa Maria a bordo del Smart matrícula 4240-BZD. Todo parece indicar que la vecina de Palma, que mantenía una relación con Patricio desde hacía más de un año, no tenía ni la menor idea de lo que iba a suceder y tampoco está muy claro que existiera premeditación. Sin embargo, la pareja discutió -quizá porque el varón le pedía dinero- y en un momento dado Maria Antònia fue degollada en su coche, donde murió.
En este punto, a los investigadores les sobreviene una pregunta: si el asesino no había previsto el sangriento desenlace, ¿por qué llevaba encima un cuchillo? La certeza de que fue asesinada en el Smart permite aclarar otra duda: se trata de un automóvil biplaza, por lo que es muy difícil que hubiera alguien más en el interior además de la víctima y el agresor. A continuación el asesino, ofuscado, trató de hacer desaparecer el cuerpo y finalmente lo dejó tirado en una cuneta de Inca, donde le prendió fuego. En este punto surge otra incógnita: ¿de dónde sacó el combustible? Sea como fuere, no lo utilizó todo, porque volvió a Palma y en el polígono de Son Castelló prendió fuego al automóvil.