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Piden nueve años para un suizo acusado de la muerte de su inquilino en Artà

La víctima sufrió unos golpes en la cara y murió tres días después de la agresión por una hemorragia cerebral

El acusado, a la derecha, durante el juicio celebrado ayer. Foto: JFM

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El fiscal Jaime Guasp pide tres años de prisión contra un ciudadano suizo, Jordi P.A., que está acusado del homicidio imprudente de un hombre, llamado Jaime Campolier Pujol, de 51 años. El juicio se celebró en el Juzgado de lo Penal número 7 de Palma. Los hechos ocurrieron en una finca de Artà, propiedad del acusado, que la víctima ocupaba como inquilino. Carlos Pérez, letrado de la acusación particular, que representa a la familia de la víctima, pide nueve años de prisión, mientras que el abogado defensor Joan Capó solicita la absolución.

Los hechos ocurrieron el día 31 de agosto del año 1999. El suizo explicó que la víctima ocupaba una vivienda que era de su propiedad, pero que él cedía a personas que tenían problemas para encontrar casa. El hombre afirma que acudió a la finca porque se enteró que Jaime Campolier (que le debía varios meses de alquiler) estaba haciendo obras sin autorización. Al entrar en la propiedad se encontró con la puerta atrancada con una madera.

El acusado explicó que habló con la víctima, le acusó de hacer obras ilegales y éste le respondió que estaba dispuesto a hacerse cargo de la multa y que al día siguiente acudirían al juzgado de paz para arreglar el asunto. Niega que golpeara al hombre, que tres días más tarde murió al sufrir una hemorragia cerebral. La acusación cree que los hechos no se produjeron tal como el acusado cuenta, sino que entró a la fuerza en la vivienda, que sorprendió a Jaime Campolier cuando estaba dormido y le golpeó la cara.

Se dio la circunstancia que el mismo día la víctima fue llevada por un amigo al PAC de Artà y los médicos le dijeron que sólo tenía golpes. Tres días después volvió porque sentía dolor y de nuevo en el PAC le quitaron importancia a la lesión. Sin embargo, su compañero insistió en que le entregaran un volante para acudir al hospital de Manacor, donde lo trasladó en su coche. En el hospital se dieron que cuenta que sufría una hemorragia cerebral y que estaba a punto de morir. El médico le comentó a su amigo que si lo hubieran llevado antes al hospital, tal vez, hubiera podido sobrevivir.

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