La calma no llegó a las playas de Cala Ferrera y Cala s'Anau de Felanitx. A primera hora de la mañana de ayer se iniciaron las primeras tareas de regeneración de la playa de Cala Ferrera, después de la fuerte tromba de agua que el pasado domingo descargó sobre esta zona turística de la costa felanitxera, donde cayeron alrededor de 90 litros por metro cuadrado en sólo dos horas, provocando el desbordamiento del torrente de Cala Ferrera. A pesar de la espectacularidad de las lluvias, no hubo víctimas, pero si cuantiosos desperfectos materiales que ascienden a más de 90.000 euros, según una primera estimación realizada desde el Ajuntament de Felanitx.
Bajo la expectación de los turistas, diversas palas excavadoras y un equipo de buceo, trabajaron incesantemente para devolver la normalidad a la zona turística devastada por la fuerte tormenta de verano. Ayer se llevó a cabo una primera actuación de urgencia que se alargará hasta mitad de semana. «El objetivo es que los turistas que se alojan en los hoteles de Cala Ferrera puedan terminar la temporada turística con normalidad», explicó el delegado de la zona en el Ajuntament de Felanitx, Joan Caldentey que ayer visitó la zona más dañada por las inundaciones.
Las máquinas excavadoras sacaban la arena acumulada en el mar y la devolvían a su entorno natural, tapando las piedras que el torrente había puesto al descubierto. Los buzos realizaban continuas inmersiones para sacar hamacas, sombrillas y señalizaciones que el torrente arrastró. Por su parte, el Ajuntament de Felanitx ayer envió una carta a la conselleria de Medi Ambient para reclamar ayuda económica y humana con el fin de restablecer la normalidad. Asimismo, ha instalado un precinto a lo largo de los acantilados para impedir que los bañistas se lancen al mar, dado que el nivel de arena ha subido y sería muy peligroso que alguien saltara al agua.