El ciudadano escocés que intentó matar a su novia, también británica, el pasado sábado por la noche en Magaluf, desfiguró la cara de la víctima tras asestarle más de 40 golpes tanto en la cara como en el resto del cuerpo con una botella de cerveza rota, según informó ayer la Guardia Civil. Asimismo, este rotativo fue testigo de cómo la víctima se presentó ayer en el juzgado de guardia con el rostro desfigurado, cubierta de costuras por toda la cara y con la cabeza cubierta con una gorra y unas gafas de sol para tratar de pasar desapercibida. A pesar de la fuerte agresión, la víctima, de unos 30 años, se encontró con fuerzas para acudir a Vía Alemanya, presentar la denuncia y declarar ante el juez.
Por su parte, el acusado, un individuo de unos 30 años, 1'80 m y pelirrojo, pasó ayer a disposición judicial, acompañado por agentes de la Policía Judicial de la Benemérita, e igualmente declaró ante el juez, quien, ante la gravedad de los hechos, decretó la prisión preventiva para el acusado por el presunto delito de homicidio en grado de tentativa. El magistrado de guardia también tomó declaración a dos testigos de los hechos. Una ciudadana británica y uno español. El segundo era un transeúnte que paseaba a su perro en el momento de la agresión y quien permitió que el suceso no tuviera un fatal desenlace, según asegura la Guardia Civil y el propio testigo.
Según informaron fuentes judiciales, el agresor afirma que realizó el ataque contra su novia por despecho, ya que la víctima hace unos días había puesto una denuncia contra su novio y le dijo que no quería volver con él. Anteriormente, agresor y víctima habían mantenido una relación sentimental hace algunos años, que se interrumpió hasta que ella viajó en mazo a Escocia y lo volvió a encontrar. La agredida, que reside en Magaluf, volvió con su antiguo compañero y la pareja retomó la relación en Mallorca. Sin embargo, el carácter irascible del individuo hizo que la novia tratara de dejarlo, lo que provocó la agresión.