La víctima y el presunto agresor habían mantenido una relación sentimental hace algunos años, que se interrumpió hasta que ella viajó en marzo a Escocia y lo volvió a encontrar.
La pareja retomó el noviazgo y como ella reside en Magaluf ambos se trasladaron a la Isla, donde comenzaron los problemas por su carácter irascible. Según parece, hace algunos días la extranjera, de unos 30 años, interpuso una denuncia contra su compatriota y le dijo que no quería volver a verlo, algo que el hombre encajó muy mal. El sábado por la noche, a las 22.30 horas, la mujer regresó a su casa de Magaluf y cuando caminaba por la calle fue abordada por el individuo, que sin darle tiempo a reaccionar le estampó brutalmente una botella. El cristal se fracturó, pero el escocés continuó atacándola en la cara, nuca, brazos, manos y, sobre todo, en la espalda. Los gritos desgarradores de la mujer alertaron a unos transeúntes, que corrieron en su auxilio y pusieron en fuga al agresor. La Policía Judicial de la Guardia Civil, nada más tener conocimiento de lo ocurrido, montó un gran dispositivo de búsqueda y confirmó plenamente la identidad del fugitivo. El siguiente paso fue advertir a los efectivos policiales del puerto y del aeropuerto del posible intento de huida del extranjero.
Mientras tanto, la víctima fue evacuada en ambulancia hasta el hospital de Son Dureta, con el cuerpo cubierto de sangre y numerosos cortes profundos, que precisaron puntos de sutura. La mujer se encontraba en estado de shock, pero las fuentes consultadas han anunciado que está fuera de peligro, aunque todavía permanecerá algunos días en el centro hospitalario.
Al cierre de esta edición los investigadores habían conseguido detener al sospechoso, tras 'peinar' amplias zonas de Magaluf y los alrededores. El hombre no conoce a nadie en la Isla y no tenía donde alojarse. En los próximos días puede ser acusado de un delito de homicidio en grado de tentativa. En este sentido, la Benemérita cree que de no ser por la intervención providencial de aquellos transeúntes, la mujer escocesa podría haber corrido peor suerte.