Un test militar detectó que Miguel Àngel Pericás, el soldado mallorquín de la base General Asensio que se suicidó en el mes de octubre pasado, padecía una psicopatía muy elevada. La prueba se le efectuó en junio de ese año, pero según la acusación particular, los mandos militares no tomaron medidas y permitieron que el joven, de 19 años, continuara portando su arma reglamentaria.
La fecha del juicio por la muerte de Miguel Àngel Pericás no está todavía fijada y el sumario se encuentra en la fase de diligencias previas, donde las partes aportan pruebas e indicios. Ricard Mesquida, el abogado de la familia del soldado, tiene previsto basar su acusación en el hecho de que el informe que advertía de la psicopatía de Miguel Àngel no fue tenido en cuenta por los superiores militares, con las consecuencias trágicas ya conocidas. El joven, el 13 de octubre, se disparó con su arma reglamentaria durante una guardia en la base General Asensio y días después, el 21, falleció en Son Dureta.
El caso está siendo instruido por el juzgado togado militar número 33 de Palma, pero en el supuesto de que llegue a celebrarse el juicio, tal y como parece, éste podría realizarse en Barcelona, que es donde se encuentra la instancia militar superior. Ricard Mesquida tiene previsto imputar a varios mandos de la base palmesana, a los que acusará de un delito de abuso de autoridad. De acuerdo con los planteamientos de la acusación particular, Miguel Àngel habló en varias ocasiones con sus superiores para poder entrevistarse con un psiquiatra y de hecho en el Hospital Militar le facilitaron un volante, pero supuestamente un sargento le denegó esta posibilidad y el soldado fue cayendo en una depresión profunda.
La acusación también se encuentra a la espera de los resultados de balística y está tratando de reunir el testimonio de otros soldados, una tarea complicada según Mesquida por el temor que sufren los militares a la hora de destapar supuestas irregularidades de sus mandos.