JAVIER JIMÉNEZ-JOSEP M.SASTRE
La Policía Judicial de la Guardia Civil ha abierto una
investigación para aclarar si unos restos humanos que han aparecido
en aguas de Cala Figuera, en el término de Santanyí, son los del
camarero alemán que fue arrastrado por una ola el pasado 29 de
marzo, durante el último temporal que azotó la Isla.De acuerdo con
los datos recogidos por este periódico, a las siete de la tarde del
lunes un pescador de Cala Figuera detectó un bulto que estaba
siendo golpeado por el mar contra unas rocas y al acercarse
descubrió que se trataba de un tronco humano, sin piernas ni
extremidades y en avanzado estado de descomposición.
El hombre dio aviso a la Policía Local y los funcionarios consiguieron sacar los restos mortales de entre las rocas y llevarlos a tierra firme. Un portavoz policial confirmó ayer este extremo, pero no facilitó más detalles del hallazgo alegando que la investigación la llevaba a cabo la Guardia Civil. Los restos fueron trasladados hasta la sala forense del cementerio de aquella localidad, donde la Benemérita extrajo muestras de ADN para confirmar si, en efecto, se trata del cuerpo sin vida de Sven Zimmermann, el camarero alemán de 23 años que lleva un mes en paradero desaparecido.
Fuentes próximas a la investigación han informado de que sería «demasiada casualidad» que no fuera esta persona, pero todavía no hay una confirmación oficial. El tronco humano apareció en un paraje que ya había sido rastreado por los submarinistas de la Guardia Civil cuando desapareció el camarero, pero la principal hipótesis es que el cuerpo quedó atrapado a varios metros de profundidad, entre las rocas, y ahora ha salido a la superficie de manera casual. «En estos casos puede ocurrir que el cadáver aparezca a muchas millas de distancia, arrastrado por las corrientes, o que salga casi en el mismo sitio donde desapareció semanas o meses después», comentó un veterano benemérito.
Los restos descubiertos en Cala Figuera eran del todo irreconocibles, debido a los días que había pasado bajo el mar y los golpes recibidos al estrellarse contra las rocas por efecto de la corriente. Además, no portaba ropa que pudiera ser comparada con la que llevaba Sven Zimmermann el día que cayó al agua. El camarero alemán y un amigo de la misma nacionalidad, llamado Deni Wengerte, bajaron a Cala Figuera en la madrugada del 29 de marzo, para presenciar el espectáculo de las olas rompiendo contra la costa, en un día de temporal. La excursión acabó de forma trágica cuando un golpe de mar se tragó a los dos amigos.