La situación geográfica de Alaró, al pie de la serra de Tramuntana, propició que ayer fuese uno de los municipios más afectados por las intensas lluvias registradas en las últimas horas. Los principales problemas para los ciudadanos se produjeron en la zona alta del casco urbano, conocida como Los d'Amunt, que quedó incomunicada tras la inundación de sus calles de acceso, Torrent y la de Can Coxetí. Las plantas bajas de estas vías quedaron anegadas y operarios de la brigada municipal tuvieron que derribar una pared para que el impresionante caudal de agua se desviase hacia el cercano torrente de na Marranxa y evitar así que la riada avanzase pueblo abajo.
Precisamente, el gran caudal del torrente de na Marranxa provocó el derrumbe de una parte del puente del camino de Vela, que fue inmediatamente cerrado al tráfico. Las carreteras antiguas que unen Alaró con Consell y Santa Maria quedaron inundadas en muchos de sus tramos y ayer por la tarde aún permanecían cerradas al tráfico.
La principal preocupación durante la mañana de ayer fue el desbordamiento del Torrent Solleric, que inundó las fincas colindantes a su paso por la salida del pueblo. El punto más crítico fue la confluencia de su caudal con el del torrente de na Marranxa, que provocó que el agua superase la carretera nueva hacia Consell, principal vía de acceso al municipio. El alcalde Josep Gomila, que durante toda la mañana coordinó las actuaciones de la policía y la brigada municipal, temió por un momento que el pueblo pudiese quedar incomunicado.
La fuerza del agua también fue enorme en Lloseta, donde el torrente de Almedrà se desbordó en diferentes puntos de la parte alta y el agua invadió la carretera hacia los Tossals Verds, que fue cerrada al tráfico por la policía. En la zona norte, el viento no sopló finalmente con mucha intensidad y el temporal tuvo poca repercusión. Como en otras ocasiones la zona del Port de Pollença fue la que sufrió un mayor número de inundaciones de calles y carreteras.