EFE-ALMERÍA
La autopsia practicada al cuerpo de la niña almeriense Montserrat
Fajardo Cortés, de 7 años, cuyo cadáver fue hallado anteanoche en
una caja de cartón en el barrio de Las Piedras, desvela que la
pequeña no sufrió abusos sexuales, mientras que la Policía Judicial
continúa la investigación. El abuelo de la niña, Andrés Fajardo,
dijo que la pequeña presentaba numerosos golpes y heridas incisivas
por todo su cuerpo, el primero de ellos recibido en la parte de
atrás de la cabeza, que fue el que le causó la muerte, y por lo
tanto el fallecimiento se produjo de forma casi instantánea.
La familia sospecha que ha podido ser un grupo de drogadictos del barrio quienes llevaron a cabo el crimen, ya que según el padre de la pequeña, Francisco Fajardo, no tenían ningún problema con nadie y descartan el móvil de la venganza. La familia cree que la niña conocía al asesino, ya que se marchó con él. La niña fue vista por última vez jugando en la Plaza de Santa Fe del barrio de Los Almendros de Almería, junto a la casa de un primo suyo, a la que había acudido para participar en su fiesta de cumpleaños.
Su domicilio está muy cerca, en el barrio de Piedras Redondas y fue por la calle que une ambas barriadas por donde debió ser interceptada por su agresor, según sospecha la familia. Por su parte, el portavoz policial indicó que el caso está siendo investigado y que se inspeccionan todos los elementos que rodean el caso. Aunque afirmó que la investigación, como en sucesos similares, es totalmente secreta, aseguró que el juzgado no ha decretado el secreto del sumario, si bien se pretende que no trascienda ningún tipo de información para ayudar a los agentes a resolver cuanto antes el crimen y detener al autor.
Según relató Luis Fajardo, el tío abuelo de la fallecida, durante la tarde anterior a su muerte la menor llegó a su casa acompañada por su madre y otros niños para acudir a la fiesta de un primo de la niña, Juan Carlos, quien cumplía 4 años. La niña llegó a las 18.30 horas a la celebración, cogió un trozo de tarta y se fue a casa de su bisabuela, que vive también en la zona, y posteriormente estuvo jugando en una plaza cercana, y después regresó sola a su domicilio, según indicó el familiar. Sobre las siete la niña desapareció. Después se encontró su cadáver junto a un contenedor de escombros.