Una joven cubana de 27 años llamada Ydelfi permanece oculta en una casa de Calvià, facilitada por el Ajuntament, por temor a que su marido o la familia de él la agreda. La mujer caribeña y su marido, un trabajador de hotel natural de Granada, se casaron en el mes de febrero de 1996 en La Habana y según ella no fue la típica historia de amor donde los intereses de la mujer por salir de Cuba prevalecen sobre el amor: «Estábamos muy enamorados y tuvimos dos hijos, que ahora tienen 3 y 2 años. El problema es que los hermanos de él, y sobre todo su hermana, no me aceptaron nunca y se dedicaron a hacerme la vida imposible», contó Ydelfi.
Los problemas se acentuaron cuando la familia de él la acusó de haberle sido infiel y le llegaron a decir que su hijo pequeño no había sido concebido por su padre: «Yo estoy dispuesta a hacerme las pruebas de ADN o lo que sea necesario para demostrar que mi marido es el padre de la criatura, pero parece que no quieren entenderlo y se dedican a castigarme», añadió. La Guardia Civil, la Policía Local, el Ajuntament y el Juzgado número 3 de Familia están al corriente de la situación desesperada de la joven cubana, que en la actualidad sólo tiene la custodia de uno de sus hijos. Los servicios municipales le han facilitado un piso, comida, una psicóloga y una abogada, pero Ydelfi continúa con «terror» a salir a la calle o pasear, ante la posibilidad de encontrarse con algún familiar político «o que sepan el lugar donde vivo ahora».
Pero la joven cubana va más allá en su denuncia y asegura que en el comportamiento de su marido y su entorno «hay claramente racismo». Según ella, el hecho de que sea cubana y haya salido de su país casándose con ese hombre ya le pone en una situación de inferioridad «porque parece que lo hice por interés». Los incidentes entre las dos partes han sido tan continuos que Ydelfi casi pierde la cuenta, pero recuerda especialmente uno: «En una ocasión me amenazaron con un arma de fuego y me dijeron que si denunciaba lo que me ocurría lo pasaría muy mal».
Sobre su ex marido, no es tan crítica. Cree que es «un pelele» que su familia maneja a su gusto y apunta a la hermana de él como principal instigadora: «Es una mujer muy mala y manipuladora y ha puesto a todo el mundo en mi contra. No me dejan vivir y sólo quiere encontrar la paz».