La Guardia Civil detuvo ayer a la ex mujer del cabo asesinado el pasado día 9 en su apartamento de Palmanova como supuesta autora del crimen. Los investigadores creen que el móvil del homicidio es pasional, ya que al parecer Francisco Orejana García y su ex cónyuge, Titiana Liliana G.V., mantenían una relación de «amor-odio». La detención de la mujer, de nacionalidad sueca, tuvo lugar a primera hora de la mañana en su casa de la calle Málaga número 13 de Son Caliu Nou, en Palmanova.
Un despliegue impresionante de efectivos policiales se desplazó hasta aquella planta baja y comunicó a la mujer que quedaba detenida por el homicidio de Orejana. En pocos minutos agentes de la Policía Judicial de Palma y de Calvià, el Grupo de Información y el Grupo de Huellas especialmente llegado desde Madrid comenzaron una minuciosa y exhaustiva inspección de la vivienda. Los hijos del matrimonio quedaron bajo custodia de unos amigos y los funcionarios pasaron varias horas buscando el arma homicida y restos de sangre de la víctima, ya que los investigadores suponen que el asesino debió mancharse las ropas en el apartamento de Orejana.
La sospechosa, de unos 39 años, estuvo presente durante casi todo el operativo y una comisión judicial participó también en las diligencias. El magistrado Ignacio López Sola, del juzgado de instrucción número 2, ha decretado el secreto del sumario y desde la Comandancia de Palma ayer no se facilitó ningún dato sobre la investigación, amparándose en que el caso no está todavía cerrado y que cualquier filtración podría entorpecer los avances. Según parece, la Policía Judicial de la Guardia Civil sospechó casi desde el primer día de Titiana Liliana. La mujer, en su declaración inicial, parece ser que incurrió en algunas contradicciones y aseguró que hacía un tiempo que no estaba en el apartamento de su ex marido. Sin embargo, un vecino de aquel edificio declaró haber visto salir a la extranjera de aquella casa en la fecha del crimen. Ésta y otras circunstancias llevaron a los agentes a centrar la investigación en la ciudadana sueca, que era seguida desde hacía algunos días para evitar su fuga.
Un grupo especial de huellas llegó ex profeso de Madrid
para el registro
Un dato pone de relieve la obstinación con que la Guardia Civil se
ha tomado el caso del crimen del cabo: un grupo especial de huellas
llegó ex profeso desde Madrid para colaborar con la Policía
Judicial en el registro en la planta baja de la sospechosa. El
capitán del Amor ha dirigido el operativo que se puso en marcha
desde el mismo domingo en el que apareció el cuerpo sin vida del
cabo y que ha trabajado sin descanso desde entonces.