Un menor de 17 años de edad falleció la pasada madrugada al tropezar con su motocicleta con un bordillo y precipitarse por un precipicio, cayendo después al mar. El trágico suceso ocurrió alrededor de la una de la madrugada de ayer en el paseo de Cala Gat, en la zona turística de Cala Rajada.
Un portavoz de la Policía Local de la localidad explicó ayer que una patrulla fue requerida por un grupo de chicos, que se encontraba junto a un ciclomotor. Los adolescentes indicaron a los policías que llevaban tiempo buscando a su amigo, el dueño de la moto, y no le veían, por lo que no descartaban que hubiera tropezado con el bordillo y se hubiera caído por el acantilado. Esta sospecha motivó que la Policía Local se sumara a la búsqueda del menor, que fue identificado como Andrés Barea Macías, de 17 años de edad. Dos agentes descendieron por el acantilado y comprobaron que había un cuerpo flotando. Después confirmaron que se trataba del adolescente. Dos agentes se arrojaron al mar, pero no pudieron sacar el cadáver, puesto que parece ser que tenía la cabeza enganchada a la entrada de una cueva. Ante estas circunstancias se pidió ayuda a la Guardia Civil. Lo primero que se hizo fue atar el cadáver para evitar que las olas pudieran arrastrarle mar adentro. Después se avisó a la patrullera de la Guardia Civil, para que se acercara al lugar, puesto que era mucho más aconsejable sacar el cadáver por el mar, que remontarlo a través del acantilado. El barco logró acercarse y se logró rescatar el cuerpo sin vida.
Fuentes de la Guardia Civil confirmaron que el cadáver de Andrés Barea fue después trasladado hasta el muelle de Cala Rajada. Desde allí se comunicó lo sucedido al juez de guardia.