Cuatro menores altamente conflictivos están siendo alojados por el Consell Insular de Mallorca (CIM) en un hostal de la calle Manacor, en Palma, como medida educativa y rehabilitadora, ya que no aceptan estar internos en los centros especiales. Josefina Sintes, responsable de Menores del CIM, confirmó ayer a este periódico la noticia y aseguró que se trata de una medida «que se ha discutido mucho técnicamente» y que es del todo legal. Se trata de cuatro menores, de edades comprendidas entre los 16 y los 17 años, que tienen un historial delictivo sorprendente para su corta edad y con los cuales es muy difícil trabajar.
De un tiempo a esta parte, desde Serveis Socials se ha impulsado esta medida como última solución para estos cuatro muchachos. Uno de ellos intentó quemar el centro en el que se encontraba interno y otro agredió a un educador, que tuvo que ser hospitalizado en Son Dureta. La única chica de este cuarteto es también muy conflictiva y sus antecedentes son preocupantes. Ante este panorama de respuesta nula de los adolescentes con que se encuentra Serveis Socials, se decidió que durante unos días (entre una semana y diez días) los menores estarían en una habitación de un hostal, con la posibilidad de entrar y salir siempre que quisieran, pero respetando unas normas.
Desde el CIM se buscó el establecimiento ideal y tras desechar algunas pensiones y pequeños hoteles (o ser rechazados por los responsables hoteleros, que no querían problemas en su negocio) eligieron el Hostal Sorrento, ubicado en la Calle Manacor de Palma, en la barriada de La Soledad. La encargada de este negocio confirmó ayer a Ultima Hora que «por aquí han pasado entre cuatro y cinco de estos chicos conflictivos, pero la verdad es que nunca han dado problemas. Llegan con un monitor, les alquilamos una habitación y luego se quedan algunos días, como un cliente más».
Esta mujer opinó que «lo que les pasa a esos chicos es que tiene una relación de amor-odio con los centros donde están internos: por un lado quieren salir o escaparse y, por otro, se añoran cuando están lejos y desean regresar». La responsable del Hostal recordó que en una ocasión un muchacho conflictivo debía ser alojado en el local y antes de acceder al interior advirtió: «Si entro lo destrozaré todo», y al final no se quedó, por precaución. «Me parece muy bien que se alojen en nuestras habitaciones si se comportan como personas normales, no veo dónde está el problema», comentó la encargada del Sorrento, un conocido hostal palmesano.
Las fuentes del CIM consultadas descartaron que la medida sea extendida al resto de menores tutelados por este organismo, que superan el centenar, y matizaron que se trata de una política educativa que afecta a cuatro muchachos muy conflictivos. Estas mismas fuentes insistieron en que los monitores están muy pendientes del comportamiento y la actitud de estos menores en el hostal «y no se trata, en absoluto, de meterlos en esas habitaciones y desentendernos del problema; todo lo contrario, lo que queremos es ayudarles».