La Fiscalía de Palma reclama una condena de 45 años de prisión para Manuel G.M., un hombre que está acusado de tres delitos de agresión sexual cometidos sobre su hija. El fiscal cree que el acusado abusó de la víctima (que no es hija suya, pero la reconoció) durante un periodo de diez años. El hombre, que se encuentra en prisión, niega los hechos y afirma que se trata de una venganza de la menor porque la acusó de un robo.
El acusado fue detenido el pasado mes de agosto. Su hija, que en estos momentos tiene 18 años de edad, acudió al centro médico de s'Escorxador por un problema de asma. En aquellas fechas había abandonado el domicilio familiar y convivía con su novio. Según parece, su padre la acosaba para que volviera con él a su casa. La adolescente sufrió un ataque de nervios cuando se encontraba en el centro y fue atendida por una doctora, a quien le confesó que venía sufriendo agresiones sexuales desde los ocho años, pero que no se había atrevido a contarlo hasta ahora. La acusación sostiene que durante estos diez años el acusado sometió a su hija a todo tipo de agresión sexual, incluido penetraciones vaginales y anales, y felaciones.
Manuel G.M., sin embargo, niega que estos hechos sean ciertos. El hombre explicó a preguntas de la fiscal María Moretó que se enfadó con su hija porque se había acostado con su novio en la misma cama en la que estaba su hermano pequeño. Según el acusado, su hija le indicó que «aunque se había acostado con su novio seguía siendo virgen y por eso fuimos al médico a comprobarlo». Durante su declaración al tribunal el acusado insistió en que «nunca le he puesto una mano encima a mi hija», y que su única preocupación «es proporcionarle una educación y unos estudios a mi hijos».
La denunciante prefirió no prestar declaración, aunque aclaró que todo lo que había contado era cierto. Su madre mantuvo la misma postura. El tribunal escuchó el testimonio de una amiga de la adolescente, a quien la víctima le confesó que su padre abusaba de ella desde que tenía ocho años. La testigo señaló que su amiga no quería denunciar los hechos, «porque temía por el futuro de su hermano pequeño». La joven señaló que el acusado era muy posesivo con su hija.