El profesor de psiquiatría forense y criminología José Antonio García Andrade manifestó ayer que Francisca González, la mujer que ha confesado haber estrangulado a sus dos hijos en Santomera (Murcia), «tenía sed de venganza» hacia su marido y ha reaccionado como el mito de Medea.
Medea, según la mitología, explicó este experto, mató a sus hijos a cuchilladas después de que le abandonara su marido. «Se trata -dijo García Andrade- de una mujer que está desajustada, con la personalidad alterada, a lo que hay que sumar un problema de ruptura de la pareja, por lo que podemos recurrir al mito de Medea, que es el de la venganza por excelencia; ella no es una drogadicta, aunque la droga ha servido como coadyuvante ante su sed de venganza».
«Cuando a esta mujer se le pase la conmoción, quizás piense en suicidarse», alertó este profesor de Psiquiatría, para quien al unirse en una situación los malos tratos, que pudiera haber en este caso, y el alcohol y las drogas, «el riesgo de que se produzcan hechos violentos es muy alto». En relación a la investigación del crimen, el hijo mayor de la familia prestó ayer declaración en calidad de testigo durante veinte minutos ante el juez Edmundo Tomás García, encargado del caso.
El menor, con semblante muy serio, llegó a la sede de los juzgados junto con su padre, José; su tía Concepción, hermana de su madre, y otros dos familiares, y compareció ante el juez acompañado de un psicólogo de apoyo. Concepción González explicó a su salida que su cuñado José está «destrozado», y que entre él y su hermana había discusiones «normales, como las de cualquier matrimonio».