La Guardia Civil de Palmanova ha detenido a un alemán acusado de maltratar física y psicológicamente a su mujer, una rusa a la que había conocido el mes anterior por Internet y a la que hizo venir desde su país para casarse con él. De acuerdo con los datos facilitados desde fuentes beneméritas, la joven rusa llegó a la Isla el pasado mes de diciembre, acompañada de sus dos hijos. Durante algunas semanas ella y Klaus R., de 50 años, habían 'chateado' intensamente en Internet y se habían 'enamorado' a través de la red. El hombre le explicó que vivía en Mallorca con todo tipo de comodidades y le insistió para que se desplazara hasta Santa Ponça «para iniciar una nueva vida».
La rusa accedió y llegó a la Isla con sus dos hijos, de corta edad y fruto de una relación anterior. El 13 de diciembre Klaus y ella contrajeron matrimonio por la vía civil y un mes después, el 12 de enero, comenzaron los problemas serios, si bien ya habían tenido trifulcas. La mujer denunció que durante su corta relación el alemán le enseñaba fotografías y vídeos de contenido erótico en donde aparecía su ex esposa desnuda, algo que a ella le molestaba. La situación fue empeorando y pasadas las fiestas de Reyes el hombre le insistió para que le acompañara a Rumanía a un viaje de negocios. La víctima se negó y al final se pasó de las palabras a las manos.
Según consta en la denuncia presentada ante la Guardia Civil, Klaus la cogió por el cuello y le produjo magulladuras y arañazos. La mujer, en un principio, no denunció los hechos, pero luego unos amigos rusos que residen en Mallorca le insistieron para que contara lo sucedido. Los agentes procedieron a la detención del hombre de negocios, que al parecer ha negado que maltratara a su esposa. El alemán ha quedado en libertad con cargos, a la espera de juicio. Mientras tanto, el ayuntamiento de Calvià ha tenido que reaccionar para ayudar a la extranjera, ya que no podía volver a su casa (que en realidad era del alemán), tenía dos hijos a sus cargo y carecía absolutamente de medios, ya que no trabajaba ni recibía dinero desde su país. Esta situación de desamparo, pues, provocó que los servicios sociales municipales les buscaran alojamiento.