La sinagoga judía de Palma, inaugurada en 1999, atraviesa por momentos difíciles tras un oscuro incidente ocurrido el último viernes del año, durante la misa a los feligreses. Benjamín Ossovsky, un colaborador del templo de 72 años, ha denunciado a Ultima Hora que ese día el presidente de la Comunidad Israelita de Palma, Rolando Dayán, que se encontraba en el altar pronunciado un sermón, lo agredió violentamente y lo dejó tirado en la calle, con lesiones que precisaron su hospitalización. El acusado, por su parte, también ha interpuesto una denuncia contra Ossovsky en un juzgado de Palma y ha negado de forma categórica las imputaciones.
Según el responsable de los judíos de la Isla, «ese hombre nos ayuda en algunas ocupaciones, como traer aperitivos cuando hay alguna reunión, y le entregamos una asignación, porque está necesitado. El día 28, durante la oración de los viernes, tuvo una alteración y de repente, delante de todos los fieles, empezó a gritar y insultar a la comunidad. Yo estaba en el atrio, bajé y se calmó. Luego, durante la oración del vino, se le echó encima al orador y tuve que retirarlo. Benjamín estaba fuera de sí y cogió un candelabro de 15 kilos, pero me salvé por un pelo de ir a Son Dureta porque no me hirió. Luego se 'tragó' un escalón y se cayó él solo», sostiene. Para Rolando Dayán «lo que le pasó es un castigo de Dios por interrumpir la oración. Además, meses antes ya me atacó con un banco de madera en un establecimiento del Passeig Marítim. En aquella ocasión no lo denuncié por pena, pero ahora he interpuesto una denuncia contra él en el juzgado».
Benjamín Ossovsky, en cambio, tiene una versión diametralmente distinta de los hechos acontecidos. Este argentino afincado en Mallorca desde hace ocho años declaró ayer que desde que Dayán fue nombrado presidente de la comunidad judía «ha actuado con impunidad». Según él, «elige a la gente a dedo y hay gente joven que quiere acceder al funcionamiento de la sinagoga y él los margina. Yo ese viernes exploté y dí la cara por ellos. Vengo de un país donde sé lo que es la represión y ese día me salió del alma decirle delante de todos: 'Cállate la boca', porque no deja de hablar en contra de ciertas personas y ya estoy cansado», refiere.
Ossovsky -según cuenta- salió fuera de la sinagoga para calmarse y al volver «Dayán me cogió por la muñeca y me sacó por la fuerza. Yo me resistí y me tiró sobre una mampara. Luego quise agarrar un candelabro, pero no llegué y me caí al suelo. El presidente me siguió arrastrando y me dejó tirado en la calle, mientras yo gritaba de dolor». El argentino fue evacuado en ambulancia a Son Dureta y tras recibir el alta médica sigue un tratamiento ambulatorio. ¿Agresión o caída accidental?, el juez deberá decidirse por una de las dos versiones, tan opuestas y tan distintas.
Sesenta judíos que asistieron a la oración fueron
testigos de los hechos
El presidente de la Comundidad Israelita en Mallorca, de 57 años de
edad, relató ayer desde Canarias, donde se encuentra con su
familia, que alrededor de 60 judíos, que el viernes acudieron a la
oración, fueron testigos del incidente «por lo que estoy muy
tranquilo de que se sabrá toda la verdad». Ossovsky, por su parte,
también confirmó que numerosos feligreses presenciaron la supuesta
agresión y pidió que esas personas «den la cara como la he dado yo
y cuenten todo tal y como ocurrió».