Junto a la puerta de la vivienda de la calle Brunete, en el Coll d'en Rabassa, apareció una carta tirada en el suelo que había escrito Alberto López Rodríguez, el presunto asesino de su novia. Se trata de una hoja cuadricular, escrita en ambos lados, con una letra alargada y con muchas faltas de ortografía, en la que el joven cuenta los motivos por los que se peleó con Sandra González y después la mató. Esta carta está en poder del Grupo de Homicidios y en ella, entre otros extremos, el joven pide perdón a los padres de la mujer por lo ocurrido. Señala que la discusión se originó por un robo de dinero que ambos habían cometido.
El día de Nochevieja la pareja estuvo cenando en el domicilio de los padres de Sandra y, según parece, la mujer sabía que su madre guardaba mucho dinero en una caja fuerte, que estaba instalada en el dormitorio. Según ha confesado el propio detenido, que ayer prestó declaración en el Hospital General ante el Grupo de Homicidios, su novia conocía la combinación de la caja fuerte y la abrió, en un momento en el que sus padres no estaban. La pareja se llevó 850 mil pesetas en metálico.
Después de tomar las uvas Sandra y Alberto se despidieron de sus padres y dijeron que se iban a tomar unas copas para celebrar la entrada del año. Sin embargo, según cree la policía, fueron a comprar droga, en concreto cocaína, sustancia a la que ambos supuestamente eran adictos. Esa noche, según parece, los dos consumieron mucha droga y apenas salieron de casa. El miércoles día 2, según el detenido, comenzó a sentir remordimientos por el robo y le propuso a su novia que confesaran a sus padres lo que habían hecho, y devolverles el dinero que aún les quedaba. Alberto (siempre según su testimonio) afirmó que Sandra se opuso a esta idea, con la esperanza de que sus padres no descubrirían el robo de inmediato y que no sospecharían de ellos.
Esta misma discusión se repitió al mediodía, después de comer, y en ella Alberto, según parece, le dijo a su novia que su madre sólo podría sospechar de ella o de su hermana, porque eran las únicas que sabían la combinación de la caja fuerte. No logró convencerla. La discusión fue subiendo de tono, y hubo más que palabras. Alberto López ha confesado que cogió una maza de albañil, y golpeó con ella a su novia. La mujer perdió el equilibrio y cayó al suelo. El joven se situó encima de ella, le colocó alrededor del cuello la funda de una almohada y apretó hasta asfixiarla. Por tanto, el crimen no se cometió en la noche del miércoles, sino mucho antes, y el detenido permaneció casi 20 horas junto al cadáver de su novia, con la que convivía en la planta baja del Coll d'en Rabassa desde el mes de noviembre. Durante este tiempo Alberto intentó suicidarse de varias maneras.
Primero salió de la casa, cogió la moto y se dirigió hacia el Torrent Gros, e intentó arrojarse sobre el cauce. No logró matarse. Después volvió al escenario del crimen y se cortó las venas, aunque no se desangró lo suficiente para morir. Cuando la policía entró en el domicilio, y descubrió el cadáver de Sandra González en el suelo del comedor, el presunto asesino indicó que había tomado pastillas tranquilizantes y que no recordaba lo ocurrido. Al transcurrir las horas ya va recordando lo que pasó.