EFE-SYDNEY
El Ejército y bomberos de toda Australia se sumaron ayer a la lucha
contra los más de cien incendios que amenazan Sydney, con unas
adversas previsiones meteorológicas para el fin de semana. Bomberos
y ambulancias procedentes de Victoria, Australia del Sur y
Queensland se desplazaron hasta Sydney por carretera y a bordo de
vuelos extraordinarios facilitados por la compañía nacional Ansett
para unirse a los profesionales que ya se encuentran en el terreno
y crear una fuerza de más de 10.000 personas. El primer ministro
australiano, John Howard, anunció ayer que el Ejército apoyará las
tareas de extinción de los incendios, los peores jamás ocurridos en
el estado de Nueva Gales del Sur desde 1994.
Por su parte, el Servicio Rural de Bomberos indicó que se ha enviado a la zona un helicóptero especial, llamado «Sky Crane», capaz de transportar 9.000 litros de agua, para unirse a la operación. A pesar de que los incendios, que comenzaron a principios de esta semana, continúan avanzando hacia las zonas urbanas de Sydney, los vientos más suaves y las temperaturas moderadas que reinaron ayer en la región permitieron a los bomberos concentrarse en la acción preventiva y quemar zonas aún no arrasadas por el fuego.
Con estas medidas se pretende frenar el avance de las llamas durante el fin de semana, ya que se prevé que la situación empeore por los fuertes vientos y el aumento de la temperatura, que según las previsiones alcanzará los 40 grados centígrados, informó la Oficina de Meteorología. Sydney y sus alrededores continuaron ayer cubiertos por un espeso humo caliente y bajo una incesante lluvia de cenizas. Mientras algunos de los habitantes de zonas afectadas volvían a sus propiedades y se producían escenas de dolor ante los hogares hechos cenizas, otros empezaban a decidir qué bienes llevarse cuando les llegue el momento de evacuar sus casas.