JAVIER JIMÉNEZ-PEP MATAS
Las investigaciones del Grupo de Homicidios del Cuerpo Nacional de
Policía sobre la desaparición de la profesora palmesana Ana Eva
Guasch se centran en el entorno de la joven, que lleva 17 días en
paradero desconocido.
De momento el misterio más absoluto envuelve este caso, pero hay una serie de datos que han sido constatados y que revisten cierto interés. Por un lado, la policía ha confirmado que de su casa próxima a la calle Aragón falta un ordenador portátil, la tesis doctoral que realizaba sobre El Quijote y una colcha y una sábana. La licenciada en filología hispánica vivía sola y, por tanto, es difícil saber a ciencia cierta si otros efectos han desaparecido o símplemente Ana Eva los dejó a alguna amiga o, en el caso de la ropa, la llevó por ejemplo a una lavandería.
Otro aspecto que ha trascendido es que las cuentas corrientes de la profesora no han sido alteradas desde su desaparición y Eva María no disponía de grandes cantidades en efectivo, por lo que es bastante extraño que pudiera abandonar la isla voluntariamente. En la madrugada del sábado 20 al domingo 21 la joven salió con una amiga y luego la acompañó en coche a su casa. A continuación se dirigió hacia la suya y aparcó el turismo muy cerca. La policía no tiene dudas de que llegó a entrar en la vivienda porque allí han aparecido las llaves del automóvil.
De esta manera, si el coche sigue estacionado en la calle y Ana Eva no sacó una cantidad fuerte de dinero del banco la conclusión es que no pudo ir muy lejos, al menos de forma voluntaria. La profesora impartía clases en el colegio de Santa Mónica, colaboraba con otros centros docentes y por las tardes daba clases particulares.