La fiscal Rosario García Guillot pidió ayer 15 años de internamiento en un centro psiquiátrico para un joven natural de Ferreries (Menorca), llamado Juan M.S., que fue juzgado por disparar contra su hermano. La víctima, que ha perdonado al acusado y no le reclama ninguna indemnización, ha perdido la extremidad inferior izquierda y precisa de una pierna ortopédica para caminar. La fiscal reconoce que el acusado sufrió un brote esquizofrénico. Los hechos ocurrieron la noche del 22 de febrero del pasado año. El acusado recordó que llevaba varios días mal y sintió «miedo, pánico y mucha ansiedad», pero que no fue a visitar a ningún médico. Esta situación también coincidió con un momento en el que la relación familiar no era buena, ya que tanto el acusado como su hermano habían dejado de trabajar para su padre.
Según ha quedado demostrado, esa noche Juan fue a la habitación de su hermano, que estaba durmiendo y le despertó con la excusa de que le enseñara como funcionaba un teléfono móvil. La víctima recordó ayer que llevaba días dándose cuenta de que su hermano «no se encontraba bien». Juan se marchó de la habitación, pero al rato volvió armado con una escopeta de doble cañón. Al tiempo que le decía una frase, que su hermano no pudo entender, empuñó el arma y disparó. El joven, en un movimiento instintivo, pudo moverse algunos centímetros. Con ello consiguió que el proyectil no le alcanzara los genitales, pero le destrozó la pierna izquierda. A continuación, el acusado salió de la habitación y se disparó un tiro apuntando hacia su pecho. El joven explicó al tribunal que no recuerda ni por qué disparó, ni cómo lo hizo, y señaló que no sabe determinar si estaba escuchando unas voces que le indicaran que disparara contra su hermano. Precisamente el joven quiso dejar claro que la relación que mantenía con su hermano era «buena».
Tras estos hechos, el acusado fue trasladado de Menorca a Palma, e ingresó en Son Dureta, donde le curaron de la herida en el pecho y de su enfermedad mental. El joven fue ingresado en el penitenciario psiquiátrico de Picassent y ahora está en la enfermería de la prisión de Palma. El acusado reconoció que en estos momentos se encuentra mucho mejor. Precisamente el psiquiatra que le ha atendido señaló al tribunal que el joven menorquín sufrió esquizofrenia paranoide, pero que sólo se ha manifestado en un solo brote. El acusado está sometido a un tratamiento farmacológico y el médico confía en que este brote no vuelva a reproducirse. Sin embargo, el médico forense indicó que no se puede preveer si este brote puede volver a manifestarse, por lo que aconsejó que se someta a un largo tratamiento, y que no vuelva al mismo ambiente familiar. El abogado defensor solicitó que se deje en libertad a Juan para que reciba un tratamiento ambulatorio, con la condición de que no pueda residir en Menorca con su familia.