La mujer de 61 años que el pasado jueves fue agredida con un machete por su marido se recuperaba ayer de manera favorable en Son Dureta. El Gabinete de Relaciones Externas del hospital informó que la paciente se encontraba en planta y que las heridas en la cabeza no habían afectado a zonas vitales. A la mujer le amputaron parte de la falange de un dedo de la mano izquierda a consecuencia de la agresión. Con respecto a los hechos, el Gabinete de Prensa del CNP dio ayer información.
El Grupo de Homicidios es el que lleva a cabo la investigación y en el transcurso de las primeras indagaciones se ha podido comprobar que la agresión fue llevada a cabo por el marido en la vivienda del matrimonio, en sa Indioteria. Un machete tipo hacha, utilizado para cortar carne y muy oxidado, fue el arma que se empleó en la agresión. La mujer recibió cuatro golpes en la cabeza que lea ocasionó fractura de cráneo y hemorragia cerebral, afectándole también a un dedo de la mano izquierda de forma grave. Con el matrimonio había un hijo de unos 21 años que fue quien impidió que su madre fuera rematada.
Los motivos de la agresión no han sido esclarecidos si bien, minutos antes de producirse la misma, el hombre llamó a su hijo desde la cocina ya que al parecer se había caido al suelo. El joven observó que junto a su padre había una botella de vino vacía y le ayudó a incorporarse. Al momento sonó el teléfono y fue a atender la llamada. Seguidamente escuchó en el exterior unos gritos proferidos por su madre y golpes secos. Al asomarse vió como su padre agredía a su madre. La víctima, que padece una minusvalía teniendo parte del cuerpo paralizado, solo pudo defenderse con su mano izquierda.
El hijo consiguió inmovilizar al padre y después avisó a la policía. Minutos después, agentes de la Policía Local, del Cuerpo Nacional y una ambulancia del 061 se personaron en el lugar, atendiendo estos últimos a la víctima que fue trasladada urgentemente al Hospital de Son Dureta donde quedó ingresada. Según todos los indicios, parece ser que la agresión perpetrada contra la víctima se debe a que el hombre es consumidor habitual de alcohol, hecho que le hace ser muy agresivo.