La Guardia Civil del puerto de Palma ha interceptado un alijo de 65'5 gramos de hachís que se encontraba escondido en el coche del pasajero de un barco que acababa de atracar procedente de Denia y Eivissa. De acuerdo con los datos facilitados por la Oficina Periférica de Comunicación (OPC) de la Comandancia de Palma, el buque de pasajeros «Manuel Azaña» llegó al puerto a primera hora de la mañana del martes y atracó con normalidad. Los agentes de la Odaifi, la unidad encargada de la vigilancia fiscal, registraron la bodega de la embarcación apoyados por perros y, de improviso, uno de los canes comenzó a olisquear intensamente entorno a un coche estacionado, cada vez más nervioso.
Los funcionarios decidieron registrar el vehículo, pero en una primera inspección no hallaron la sustancia estupefaciente. Sin embargo, el perro seguía inquieto y los agentes decidieron detener provisionalmente al conductor para poder examinar el coche con mayor detenimiento. La tarea no fue fácil, ya que el hachís estaba perfectamente camuflado, y fue necesario desmontar numerosas piezas del automóvil hasta recuperar la droga.
El sospechoso, identificado como F.G.D., de 46 años y sin antecedentes policiales, fue arrestado por un delito contra la salud pública y en las próximas horas será puesto a disposición judicial. Los investigadores creen que el acusado es un 'correo' que adquirió la droga en la Península y debía entregarla a su llegada a Palma, previo pago de una considerable cantidad de dinero.
En los últimos meses la unidad del puerto ha incrementado la vigilancia, tanto en el control de pasajeros como en la inspección de los vehículos que viajan en la bodega de los barcos y ese aumento se ha traducido en el número de detenciones y, sobre todo, en los alijos intervenidos. La mayoría de las partidas son de hachís o marihuana y, las menos, de cocaína o heroína.