Responsables de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, del Ministerio de Asuntos Exteriores y de la Dirección General de la Policía llevan meses trabajando en la confección de un nuevo pasaporte. El objetivo que se ha marcado es conseguir una libreta mucho más segura que la actual y que esté unificada con los criterios de la conferencia de Bruselas en materia de securización de pasaportes (19-09-2000), además de que se unifiquen criterios con el resto de países de la Unión Europea.
Tanto por parte de responsables del Gobierno como de la Dirección General de la Policía se reconoce que el pasaporte español es de los más falsificados de la UE, y se trata de adoptar una serie de medidas para paliar esta problemática. De los estudios efectuados hasta el momento, pruebas y análisis, se tiene decidido que la nueva libreta llevará la firma del titular y la fotografía digitalizadas, además de otros sistemas de seguridad como una lámina fina, 'la marca del agua' y otras como disolventes especiales para evitar los fraudes que se están cometiendo.
El objetivo es que el nuevo pasaporte entre en vigor en los primeros meses del año próximo coincidiendo con la presidencia española de la Unión Europea y, evidentemente, que se frene el alto índice de falsificación que se viene detectando. Para introducir las mejoras en el sistema de seguridad se tiene que modificar la normativa vigente, y al respecto se ha elaborado ya un borrador que tiene que presentarse para su aprobación como decreto ley, además de prevenirse los costes que conllevará adoptar todas las medidas citadas, para que puedan ser aprobados y presentados en los presupuestos para el 2002.
El Ministerio de Asuntos Exteriores tiene adquiridos más de 300 mil pasaportes, muchos de ellos distribuídos en embajadas y consulados. Mientras que la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre tiene en stock más de 200 mil libretas. Otra novedad será que el nuevo pasaporte será único para todos los españoles. En la actualidad existen distintos tipos de libretas, si se trata por ejemplo de diplomáticos o personal de servicios de embajadas o consulados.
Con respecto al tema de los idiomas, representantes del Gobierno español hicieron una propuesta a la Unión Europea en el sentido de que el pasaporte pudiera ser bilingüe en cada país, con lo que además del castellano en España figuraría también la lengua de cada comunidad donde sea expedido. Pero esta propuesta topó con la negativa casi unánime de representantes de la UE.