J.JIMÉNEZ
La Guardia Civil presentó ayer los datos de la lucha contra la
explotación sexual de las mujeres en Balears entre enero del año
2000 y enero pasado y donde destaca que un total de 179 prostitutas
-la mayoría de las cuales habían sido captadas por mafias
extranjeras y nacionalesfueron auxiliadas y 8 proxenetas
detenidos.
La Oficina Periférica de Comunicación (OPC) de la Comandancia de Palma informó que el Plan Especial contra las redes de tratas de blancas se llevó a cabo en toda España, con un total de 1.537 actuaciones, 37 bandas organizadas desmanteladas y 204 personas que fueron puestas a disposición judicial por su implicación en la explotación sexual de estas féminas. En Balears, y sobre todo en Mallorca, la incidencia de este operativo no ha sido menor y han sido inspeccionados un total de 28 clubes de alterne distribuidos por toda la Isla.
De las 179 mujeres que habían sido traídas bajo engaño la mayoría eran de países sudamericanos, sobre todo colombianas, y el resto de países del Este (Rusia, República Checa y Ucrania). Algunas redes operaban con 'contactos' en esos países, que servían de enlace y se anunciaban en los periódicos locales. En esa publicidad se ofrecían «trabajo seguro» como asistentas del hogar en Mallorca, con una remuneración digna y un horario concreto. Cuando llegaban a la Isla el panorama cambiaba de forma radical: los proxenetas les advertían que debían devolver el importe íntegro del billete del avión -entre 100.000 y 500.000 de pesetas- y les retiraban el pasaporte para tenerlas más controladas.
El supuesto trabajo como asistenta no existía y las mujeres se veían reducidas a esclavas sexuales, sin posibilidad de denunciar su situación ni de negarse a ejercer la prostitución. Las mujeres -siempre jóvenesvivían hacinadas en condiciones infrahumanas y temían por su integridad. Los datos facilitados ayer abarcan hasta el mes de enero, pero los 'golpes' contra las mafias dedicadas a la prostitución han continuado, con la denominada «operación Venus». La Guardia Civil pretende que Balears no se convierta en un punto neurálgico en la actividad de los proxenetas.