Los servicios de rescate trataron ayer de recuperar los cadáveres atrapados en el amasijo de hierros de los trenes que chocaron el miércoles en Great Heck, en el norte de Inglaterra. Trece personas perdieron la vida y setenta resultaron heridas, varias de ellas de gravedad, cuando un tren de mercancías colisionó con otro de pasajeros que había descarrilado tras chocar con un vehículo que estaba sobre las vías del ferrocarril. Por causas aún desconocidas, un coche-grúa tipo «Land Rover» que remolcaba a otro vehículo cayó por un terraplén desde la autopista M-62 hasta la vía del tren que la cruza por debajo. De los setenta heridos, 29 aún permanecen ingresados en hospitales.
Un portavoz de la policía admitió ayer que no saben con qué puedan encontrarse una vez que levanten los restos de los vagones, algunos de ellos completamente destrozados por la violencia del impacto. El jefe de la policía británica de Transporte, Tony Thompson, informó ayer de que el tren de pasajeros tenía instalada una «caja negra» similar a la utilizada en los aviones. «Se harán esfuerzos para localizar la caja. No sabemos si estará en condiciones para darnos datos que puedan ser vitales sobre los momentos previos al accidente», añadió Thompson.
Los servicios de emergencia instalaron un centro sanitario en una granja cercana para atender a los heridos, en tanto que también participaron helicópteros ambulancias que llevaron a los heridos más graves hasta los hospitales más cercanos a Greck Heck. Se espera que los trabajos para retirar de las vías los vagones pueda llevar varios días, en tanto que el siniestro ha ocasionado serios problemas en el servicio de trenes en el norte de Inglaterra. El tren de pasajeros accidentado cubría el trayecto entre Newcastle (nordeste de Inglaterra) y Londres, en tanto que el de mercancías, que transportaba un millar de toneladas de carbón, iba en dirección contraria.
Los investigadores tendrán que concentrarse en establecer cómo pudo ser que el conductor del «Land Rover» se desviara de la autopista y cayera hasta las vías del ferrocarril. Algunas teorías apuntan a que pudiera pinchar un neumático o que se quedara dormido. El conductor sigue ingresado.