Funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía, adscritos a la Unidad contra Redes de Inmigración han detenido a un español y un armenio, Miguel O.P. e Ilía E., acusados de un delito contra el derecho de los trabajadores y otro de inmigración ilegal.
La policía, después de recibir una denuncia tramitada por dos trabajadores clandestinos de nacionalidad rusa, procedió a investigar los hechos. Como resultado de los mismos se constató la existencia de una red dedicada a la introducción en España de trabajadores procedentes de Rusia, Ucrania, Armenia y Brasil que eran distribuidos por distintas zonas del territorio nacional, incluída Baleares.
Los agentes localizaron una empresa del ramo de la construcción ubicada en Palma y, en unión de una delegación del Ministerio de Trabajo, se personaron en la empresa e identificaron un total de ocho trabajadores clandestinos de edades comprendidas entre los 23 y 50 años. De las manifestaciones aportadas por los inmigrantes, se pudo saber que habían sido captados a través de una agencia en Moscú previo pago de 1.500 dólares. Una vez en España los responsables de la banda les exigían más cantidades de dinero bajo amenazas de represalias contra ellos o sus familiares que habían dejado en Rusia.
Varios de los extorsionados manifestaron que todo el dinero que ganaban lo tenían que destinar a cancelar la deuda, y que sólo les quedaba una pequeña cantidad para poder sobrevivir.