Cuatro policías del Servicio Central del Juego han estado toda la semana en la Isla efectuando inspecciones en salas de bingo, salones recreativos y bares que tienen instaladas máquinas de azar. A nivel global, el resultado de las inspecciones ha sido el precinto de 20 máquinas 'tragaperras' y se han levantado 50 actas por presuntas irregularidades en salas de bingo, salones de juegos recreativos y bares.
Los inspectores del Servicio Central de Juegos de Azar han estado acompañados en su trabajo por sus colegas del Grupo del Juego de la Jefatura del Cuerpo Nacional de Policía de Palma. A partir de ahora las actas por presuntas infracciones serán remitidas a la Delegación del Gobierno y de allí a la Conselleria de Interior, que es la que debe de proceder a ejecutar las sanciones. Además del precintado de algunas máquinas, las sanciones económicas previstas en la Ley varían en la cantidad económica según sean leves, graves o muy graves.
Ésta es la segunda ocasión a lo largo del presente año en la que el Servicio Central del Juego, con sede en Madrid, desplaza a funcionarios a Mallorca para llevar a cabo este tipo de inspecciones. Anteriormente los controles que se tenían que llevar a cabo estaban a cargo del Grupo del Juego de Palma. El Ministerio de Justicia y el Govern firmaron un convenio en materia de juego el 23 de enero de 1995. En base al mismo quedó establecido que el Servicio Central de Juegos de Azar, dependiente de la Comisaría General de Policía Judicial, se haría cargo de las funciones de inspección y denuncia de las infracciones administrativas. Tras la firma del convenio era la antigua Conselleria d'Economia i Hisenda la que ejecutaba las sanciones. Pero desde mediados del presente año dichas funciones se han traspasado a la Conselleria d'Interior del Govern balear.