La Audiencia juzgó ayer a un abogado, J.M.P.L., acusado de estafa. La denuncia la presentó una mujer, que afirma que le entregó al letrado unos 25 millones de pesetas para que le representara en un pleito contra la fábrica Omega porque entendía que el reloj que llevaba su marido había sido el causante del cáncer que provocó su muerte. Sin embargo, pese a estos honorarios millonarios, el pleito nunca se presentó, ni existió negociación alguna con la empresa.
El abogado reconoció que había cobrado unos honorarios por hacerse cargo de este caso, aunque dijo que las cantidades que reflejaban los recibos no eran reales, puesto que apuntaba cifras mayores «para que la clienta justificara unos gastos».
La denunciante explicó que contrató a este abogado porque era amigo de su familia. «Siempre me pedía dinero para viajes. Me decía que estaba negociando con la empresa, y que había llegado a un acuerdo para pagarme una indemnización, pero todavía faltaban varios flecos». Para pagarle los honorarios la mujer le entregó todos sus ahorros y después pidió un préstamo de 15 millones de pesetas. «Me aseguró que recibiría una indemnización de unos 600 millones». La clienta denunció los hechos cuando descubrió que no había negociado jamás con Omega ni había iniciado ninguna demanda para reclamar el dinero. El fiscal y el abogado Mateu Canyellas, como acusación, piden cuatro años de cárcel.