Maite Alonso y Ana Serna son funcionarias del Cuerpo Nacional de Policía. Están destinadas en Palma desde hace cuatro y cinco años, respectivamente, y en la pasada festividad del Cuerpo las dos fueron condecoradas.
Maite y Ana se han pasado muchas horas vigilando a una o varias personas que están siendo investigadas. Maite trabaja en el Grupo de Estupefacientes y, entre las anécdotas que le han ocurrido en Palma, cuenta que en una ocasión se disfrazó de yonqui para vigilar de cerca a un narcotraficante. Ana está ahora en el Grupo de Delincuencia Económica pero empezó trabajando en Estupefacientes. Tambien ella cuenta que se ha disfrazado...«de indigente, y debía de dar tanta pena que me llegaron a dar limosna».
En sus años de adolescencia ambas querían ser policías, y lo son. Para Maite, una leonesa de 32 años, su trabajo en el Grupo de Estupefacientes «es el más gratificante, para mí, que hay en la policía. En cada operación te puedes pasar muchísimas horas de investigaciones, de noches sin dormir y días enteros comiendo sólo un bocadillo...pero cuando por fin atrapas al 'malo' sientes una satisfacción indescriptible».
Ana, nacida hace 34 años en Marín (Pontevedra), trabaja en la actualidad en la investigación de delitos económicos pero ha estado también varios años en Estupefacientes. Asiente las palabras de su compañera y añade: «Para mí, haber trabajado en drogas ha sido una inmensa satisfacción y, lo mismo que Maite, lo he considerado muy gratificante. Ahora estoy en otro tipo de trabajo y también disfruto haciéndolo».