La celebración de los Angeles Custodios, patronos del Cuerpo Nacional de Policía, tuvo ayer en Palma una serie de vivencias con carga muy emotiva y otras en las que, aunque sólo sea por las ausencias, se puso en evidencia que 'algo pasa'. De entrada, toda la posible respresentación del Govern en el acto la asumió el director general de Interior.
Horas antes, alguien desde el Govern llamó en plan de disculpa a la Delegación del Gobierno. Del Poder Judicial tampoco hubo representación, aunque sí también llamadas de disculpa. Pero estaban los que estaban y todas las ausencias no pueden empañar la fiesta de unos policías que se reunieron en el Pueblo Español. Como datos para la anécdota, fue ayer la primera vez que se condecora en Baleares a dos mujeres policías: María Teresa Alonso y Ana del Rosario Serna. Fue también ayer la última ocasión en la que el comisario Ginés Ayala, secretario de la Jefatura, actuó como tal en esta fiesta puesto que está próxima su jubilación. Por otros motivos, en este caso cambio de destino, la fiesta sonó un tanto a despedida para el Inspector de Servicios de la Jefatura, Angel Galán.
El primero en tomar la palabra fue el jefe superior, Eduardo Pablo Pérez Extremera, que comenzó recordando a las víctimas de los asesinos de ETA y pidió que se guardara un minuto de silencio. Después habló de los logros obtenidos, primero con la Policía de Proximidad y después con 'Policía 2000', y se mostró satisfecho de que, por primera vez en la última década, las cifras de la delincuencia han bajado en los distritos con comptencia del CNP en Balears.
La delegada del Gobierno cerró el acto en un discurso en el que quiso decir algo, que no dijo y por lo tanto cada uno lo pudo interpretar a su manera. Mencionó los últimos días vividos (bloqueo en CLH), el trabajo llevado a cabo y dijo estar viviendo una 'experiencia personal', para terminar felicitando a todos los presentes y agradecer el trabajo de los policías de los que dijo 'he aprendido mucho en esos cuatro años'.