Los vecinos de Gènova descubrieron ayer por la mañana que unos gamberros habían realizado importantes destrozos en el cementerio. Estos daños consistieron en el destrozo de varias cruces de tumbas y de macetas. Los restos fueron esparcidos por todo el camposanto.
Uno de los vecinos de Gènova explicó que estos actos vandálicos se realizaron la pasada madrugada, puesto que el encargado del mantenimiento del cementerio abandonó el lugar el sábado por la noche, sin detectar nada sospechoso. Los destrozos más importantes se produjeron en una tumba situada junto al corredor central, cuya lápida cedió. En esta tumba hacía poco tiempo que se había enterrado a una persona, por lo que desde la parte superior se podía observar aún el baúl donde descansaba el fallecido. Además, desde esta tumba se desprendiera un fuerte y desagradable olor a putrefacción, puesto que hacía poco tiempo que permanecía tapada y el olor por la descomposición del cadáver aún no había desaparecido. Este olor se podía detectar desde la entrada principal del camposanto.
La puerta principal estaba cerrada con llave, pero el acceso al lugar es relativamente fácil, puesto que la pared de piedra que rodea el camposanto no es muy alta, por lo que se sospecha que los gamberros pudieron entrar en el cementerio tras saltar este muro.