Yan Yu, el súbdito chino acusado de matar el año pasado en Porto Cristo a una mujer de su misma nacionalidad y al hijo de ésta, de sólo dos años de edad, dejó claro ayer ante el jurado popular que actuó por un sentimiento de odio y amor hacia la víctima. «Mi único deseo era morir junto a ella. Mientras la mataba me di cuenta de hasta qué punto estaba enamorado de ella», señaló el acusado, cuya única excusa que se le ocurrió fue que «aquel día no pude controlarme porque mis acciones eran más rápidas que mis sentimientos».
Xu Weidi, una pintora de sólo 31 años de edad, y su hijo David aparecieron muertos en una vivienda de Porto Cristo en la madrugada del día 19 de agosto del pasado año. El acusado, que confesó los hechos, estuvo trabajando durante dos meses en el restaurante del padre de Xu Weidi, pero fue despedido. Durante este tiempo se enamoró de la mujer. «A su familia le agradaba que fuéramos pareja. Nunca le dije que estaba enamorado de ella, ni jamás nos besamos, pero se lo intenté demostrar haciéndole regalos y sé que ella lo sabía». El amor de Yan Yu hacia Xu Weidi jamás fue correspondido. «Me sentí muy ofendido porque ella no aceptó mis regalos».
El fiscal Ricardo Olivares, que solicita 44 años de cárcel contra el acusado por doble asesinato con alevosía y allanamiento de morada, quiere demostrar al jurado que Yan Yu planeó el crimen. El joven, que había entrado ilegalmente del país tras escaparse de un barco, trabajaba el pasado verano en un restaurante chino de s'Illot. Aquella tarde viajó en autobús hasta Porto Cristo. Entró en el edificio donde la pintora vivía con su hijo y estuvo aguardando. Conocía muy bien sus costumbres y sabía que cada noche ella bajaba al restaurante a cenar. Aquel día hizo lo mismo. La mujer abrió la puerta y fue sorprendida por la persona que la había estado acosando. Con mucha dificultad, y con la ayuda de una intérprete, el fiscal pudo lograr que el acusado confesara de qué forma mató a la mujer.