Los Concorde son «bombas de relojería volantes», en opinión del especialista alemán en derecho aéreo Elmar Giemulla, quien pide la retirada del tráfico de estos aviones al igual que otros expertos alemanes.
Giemulla asegura que «normalmente en un país civilizado no vuela ningún avión con más de veinticinco años». El especialista alemán se refiere al fallo técnico que podría haber provocado el siniestro, el reventón de una rueda, y asegura que «a la vista de un incidente tan banal es un milagro que no haya pasado algo antes».
«Puede volver a ocurrir en cualquier momento; seguir volando es jugar a la ruleta, y también puede producirse una serie negativa», concluye Giemulla. También el decano en técnicas aérea de la universidad de Aquisgrán, Bodo Baums, asegura que «ahora la seguridad del Concorde sólo puede garantizarse con un esfuerzo gigantesco».