EFE-PARIS
Esta es la primera vez, en sus más de 30 años de existencia, que se
estrella un Concorde, el avión comercial más rápido del mundo.
Tanto el primer ministro francés, Lionel Jospin, como el presidente
de la República, Jacques Chirac, expresaron sus profundas
condolencias al canciller alemán, Gerhard Schroeder, y a las
familias de las víctimas.
El Concorde despegó en llamas ante los pasajeros de otro avión de Air France, a bordo del cual Chirac volvía de Japón, donde se quedó en visita privada tras participar en la cumbre del G-8 en Okinawa. El avión despegó «como un cohete en llamas» que rápidamente desapareció envuelto en una nube de humo, señalaron fuentes próximas al presidente francés. Varios testigos presenciales explicaron que el avión inició un giro y luego volcó antes de estrellarse en tierra. La oficina de investigación de accidentes, que depende del Ministerio de Transportes, investiga las causas del siniestro, y Gayssot informó de que ya se ha abierto una investigación judicial «como siempre» ocurre en esos casos.
La caja negra del aparato siniestrado estaba siendo buscada ayer, mientras se ha creado una célula de crisis en el Ministerio de Transportes para recoger las primeras informaciones en colaboración con Air France y con la sociedad Aeropuertos de París, que gestiona los aeródromos capitalinos. Los Reyes de España enviaron ayer tarde sendos telegramas de condolencia por el accidente aéreo a los presidentes de Francia, Jacques Chirac, y Alemania, Johannes Rau. En su mensaje, los Reyes don Juan Carlos y doña Sofía expresaron a los jefes de Estado francés y alemán el pésame de toda la Familia Real y del pueblo español por la tragedia.