Salir a volar cada día y vigilar la ciudad desde las alturas es la misión que tiene el Servicio Central de Helicópteros, que estos días ha enviado a una de sus unidades a Palma para que participe en el operativo de la «Operación Verano».
El helicóptero, un BO-105, fabricado en Alemania por la casa Bolko, está tripulado por dos pilotos de la policía, que cuentan además con el apoyo en tierra de un técnico de aeronaves que se encarga de las reparaciones. Ultima Hora acompañó ayer a los policías en una de sus misiones de vigilancia aérea. Las tripulaciones se van turnando. Estos días el helicóptero, que tiene una autonomía de unas tres horas (siempre dependiendo de la fuerza del viento) lo pilotan el inspector Pozo y el subinspector Dueñas, mientras que de la parte técnica se encarga el inspector Calvo. Su objetivo primordial es colaborar en la seguridad ciudadana, es decir, se convierten en los ojos de la policía desde el aire. Los dos pilotos se turnan en el manejo del helicóptero durante el vuelo. Sus misiones son variadas, aunque se marcan desde la Jefatura de Policía.
Este helicóptero se caracteriza porque tiene una gran capacidad de respuesta ante cualquier movimiento, pero tiene el inconveniente de que los días de mucho viento es más complicado salir a volar. Los pilotos mantienen un contacto constante con las patrullas de tierra. Una de las misiones es controlar las playas de la ciudad. Otra de las misiones es avisar si se detecta el inicio de un incendio forestal y comprobar si hay algún sospechoso que hubiera provocado el siniestro. También la unidad aérea se encarga de la protección de las personalidades que llegan cada año a Mallorca, pero sobre todo se preocupa por mantener el orden público en toda la ciudad.